La fiebre Frozen continúa y con ella todas las tartas de esta temática, cosa que no me importa. Además ¡Olaf me encanta!
¿Por donde empezar? Pues por el tejado, ya se me ha dado bastante bien así que porque cambiar.
Reconozco que tuve la cabeza tallada con tiempo, pero volvía una y otra vez a mirarla y no me convencía...
Me plantee volver a hacerla, pero me quedé sin tiempo y al final tuve que ponerme con ella.
Pensé, a ver si poniéndole todos los rasgos iba mejor...los ojos, nariz, los pelos, cejas....bueno, parecía que se veía mejor!
El cuerpo lo componen dos biscochos de chocolate negro con almíbar muy básico, sin sabor añadido y una crema de vainilla para contrarrestar el chocolate negro.
Pues aquí no acaba la cosa.... ¡estoy con otro Olaf!!
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