Había que sorprender al peque más futbolero del mundo. Como he dicho, todo un reto , teniendo en cuenta que ya había tenido otras tartas y fiestas anteriores.
Cuando se presenta una ocasión así sobre todo hay que pensar mucho en los gustos de la persona a la que va dirigido un regalo así y tratar de superarse.
Ya le habían hecho camisetas y demás y había que ser original.
Pensé en un campo de futbol, pero, me vais a perdonar, está demasiado visto y al final decidí hacerle las botas con las que él juega al fútbol y este fue el resultado:
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Repetí con el bizcocho de brownie casero con su inconfundible sabor intenso a chocolate y que suavicé con un relleno de nata para dar un contraste de frescor al chocolate.
Para que se pueda ver cómo se reprodujo casi a la perfección la bota he puesto esta foto en la que se ve detrás de la tarta ya que las usé, evidentemente, como modelo
Para mi satisfacción, lo mejor fue que el peque no quería que se comiera su bota nadie de tanto que le gustó, ese es sin duda el mejor momento de mis tartas la cara de quien las recibe. Están hechas con mucho cariño y siempre pensando en el receptor.
Buen provecho!
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